Estados Unidos está planeando ataques militares contra cárteles de la droga en territorio mexicano, usando principalmente drones, recursos de la CIA y tropas en tierra para atacar laboratorios de drogas y líderes criminales. Según reportes de NBC News, esta operación se encuentra en su fase final de planificación. Este plan representa una escalada en la estrategia estadounidense para combatir el narcotráfico, que incluye la autorización presidencial para usar la fuerza militar en cualquier lugar considerado necesario, como parte del conflicto activo declarado contra los cárteles.
La notificación formal al Congreso por parte del presidente Donald Trump indica que EE. UU. se halla «en guerra» con cárteles a lo largo del hemisferio occidental, señalando a México como un escenario clave para operaciones militares. Esta política expande considerablemente el poder del gobierno para emplear acciones militares, incluyendo ataques selectivos y destrucción de infraestructura criminal, con el argumento de defender a ciudadanos estadounidenses frente a las amenazas del narcotráfico.
Este plan ha generado rechazo en México, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien se ha manifestado firmemente en contra de cualquier intervención militar estadounidense en territorio mexicano. Además, dentro del gobierno estadounidense existen debates y oposiciones respecto a la ejecución de estos ataques militares directos. Sin embargo, la presión legislativa para autorizar estas acciones sigue en aumento dado el incremento de violencia y tráfico de drogas que afecta a ambos países
