Un misil israelí sin explotar fue captado entre los escombros de una calle destruida en la Franja de Gaza, en medio de las secuelas de los ataques militares ordenados por el primer ministro Benjamín Netanyahu.



Esta ofensiva se produjo tras acusaciones de violación de la tregua por parte de Hamás, lo que llevó a Israel a retomar ataques contundentes y inmediatos sobre territorio gazatí, rompiendo así la tregua de alto el fuego establecida con mediación internacional.
Los ataques incluyen bombardeos aéreos que han destruido viviendas y calles, dejando una cifra creciente de víctimas mortales.
Se reportan más de 100 personas fallecidas, entre ellas niños, y numerosos heridos en diferentes localidades de la Franja, como Gaza ciudad y Jan Yunis. Equipos de rescate continúan trabajando bajo condiciones difíciles para recuperar cuerpos y atender a los sobrevivientes, enfrentándose a la falta de recursos y la destrucción masiva del enclave palestino.
Este repunte en la violencia sigue a denuncias cruzadas sobre el incumplimiento del cese al fuego, con Israel atribuyendo el rompimiento a nuevos lanzamientos de cohetes por parte de Hamás, y fuentes palestinas denunciando ataques israelíes en zonas densamente pobladas. La comunidad internacional observa con preocupación el agravamiento de la crisis humanitaria.
Imágenes y videos muestran claramente el impacto de los misiles israelíes en Gaza, con escombros que evidencian la alta destrucción y el riesgo humanitario. Entre los restos, se observa el misil intacto, testimonio visual de esta escalada bélica. Esta ofensiva ordenada por Netanyahu aparece como una respuesta directa a supuestas violaciones del alto el fuego, complicando aún más el escenario político y humanitario en la región.
