Un polémico impuesto para los perros en la provincia italiana de Bolzano ha generado un intenso debate en la comunidad y entre activistas. La medida, anunciada en septiembre de 2025, entrará en vigor a partir de 2026 y busca financiar programas destinados a mejorar la limpieza urbana y la creación de parques para mascotas.
Según la nueva normativa, los residentes de Bolzano deberán pagar una tasa anual de 100 euros por cada perro que tengan, mientras que los turistas pagarán una tarifa diaria de 1.50 euros por sus perros durante su visita. Además, la regulación establece que todos los perros deben ser registrados con prueba de ADN, con el fin de identificar y sancionar a quienes no recojan los desechos de sus mascotas, con multas que pueden llegar a los 600 euros.
El consejero provincial Luis Walcher, encargado de impulsar esta iniciativa, defiende el impuesto planteando que los dueños de perros deben ser responsables directos de la limpieza en los espacios públicos, pues consideran injusto que toda la ciudad pague por esto. Para él, el registro de ADN canino es una herramienta para garantizar el cumplimiento de las normas sanitarias y ambientales.
Sin embargo, la implementación de este impuesto ha sido fuertemente criticada por defensores de los derechos animales y expertos en convivencia ciudadana. Carla Rocchi, presidenta de la Entidad Nacional para la Protección Animal (ENPA), calificó la medida como injusta y contraproducente. Según Rocchi, la problemática de los desechos caninos debe abordarse con campañas de educación ciudadana y promoción de la responsabilidad pública, no con impuestos ni registros invasivos.
El impuesto a perros en Bolzano ha levantado una discusión más amplia sobre cómo equilibrar la convivencia con las mascotas y el cuidado del espacio público en ciudades del mundo. Mientras algunos municipios imponen tasas para financiar servicios urbanos, otros prefieren enfocarse en programas educativos y de concientización para mejorar la limpieza y el civismo.
Italia no es el único país en Europa que aplica impuestos a la tenencia de perros. En Alemania, por ejemplo, existen gravámenes que varían según la ciudad y pueden alcanzar hasta 180 dólares anuales por perro, con el fin de regular la tenencia y financiar servicios municipales.
Bolzano espera que con esta nueva medida se reduzcan los problemas de suciedad en las calles y se generen fondos para mejorar áreas verdes destinadas a mascotas, aunque la polémica continúa abierta respecto a la mejor forma de lograr estos objetivos sin afectar a los dueños y sus perros.