Al filo de este mediodía, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, reveló que este día inició el despliegue, desde uno de sus submarinos nucleares, de una nueva ojiva balística, la cual es una nueva variante de bajo rendimiento de la cabeza nuclear que anteriormente se utilizaba tradicionalmente en el misil “Trident”.

Al respecto, John Rood, secretario de Defensa adjunto para Política, informó, a través de un comunicado que esta nueva ojiva nuclear, (la “W76-2”), fue creada debido al deseo de enfrentar a “adversarios potenciales, como Rusia”, así como el de fortalecer la disuasión.

“En la Revisión de la Situación Nuclear de 2018, el Departamento identificó el requisito de ‘modificar una pequeña cantidad de ojivas de misiles balísticos lanzadas por submarinos’ para abordar la conclusión de que los adversarios potenciales, como Rusia, creen que el empleo de armas nucleares de bajo rendimiento les dará un ventaja sobre los Estados Unidos y sus aliados”, expuso el funcionario.

De acuerdo con el propio Rood, se trata de “un arma estratégica de bajo rendimiento más rápida y con mayor capacidad de supervivencia” que muestra a los potenciales adversarios que “el empleo nuclear limitado no tiene ninguna ventaja porque Estados Unidos puede responder de manera creíble y decisiva a cualquier escenario de amenaza”.

Por su parte, ‘Defense News’, medio especializado, detalló que esta nueva ojiva nuclear es la primera solicitada, diseñada y producida durante el gobierno del presiente Donald Trump, además de haber sido desplegada en el acorazado “USS Tennessee”, que partió de la base submarina de Kings Bay, en Georgia, a fines del año pasado.

Se sabe que la necesidad de crear una ojiva de bajo rendimiento, que fuera más pequeña que el arma detonada en Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial, y que pueda lanzarse desde un submarino, fue planteada en el informe sobre la situación nuclear de 2018.

Mientras tanto, la misma ‘Defense News’ indicó que los altos mandos del Pentágono creen que Rusia podría usar un arma nuclear más pequeña para disuadir a Estados Unidos de entrar o extender un conflicto, bajo la doctrina de “escalar para desescalar”, ya que podría dudar a la hora de tomar represalias si sólo contase con armas estratégicas más grandes.

Y los detractores consideran que tener al tiempo ojivas de bajo y alto rendimiento capaces de ser lanzadas desde un mismo misil desde un submarino crea una situación en la que un adversario no sabe qué sistema se está utilizando y por lo tanto, su reacción puede ser la más drástica.

“Mientras algunos argumentan que esta ojiva es una respuesta a la llamada estrategia rusa de ‘escalar para desescalar’ que fortalecerá la disuasión (…), otros sostienen que reducirá el umbral para el uso de Estados Unidos y aumentará el riesgo de guerra”, señaló el servicio de investigación del Congreso en un informe el mes pasado.