
El gobierno de Estados Unidos dio a conocer este día un cambio en su estrategia de defensa, ya que a partir de ahora estará más enfocado en la posible amenaza de otras potencias a la del terrorismo.
De esta manera lo dejaron ver al presentar la nueva Estrategia de Defensa Nacional (NDS, por sus siglas en inglés), la cual, significa la primera en su tipo de los últimos diez años y que fue mandada al Congreso por el Departamento de Defensa.
“Mantendremos nuestra campaña contra los terroristas, pero la competición entre grandes poderes, será ahora el principal objetivo de la seguridad nacional estadunidense”, así lo comentó James Mattis, secretario de Defensa norteamericano.
Con esta nueva estrategia, pareciera que luego de 16 años, los Estados Unidos han terminado la “Guerra contra el Terror”, la cual comezó en el ya lejano 2001 luego de haber sufrido los atentados del 11 de septiembre, cuando el entonces presidente, George W. Bush, decidió que la prioridad del Ejército estadounidense debía ser acabar con el terrorismo yihadista.
Aparentemente la nueva batalla que sostendrán los Estados Unidos será contra las naciones “que buscan crear un mundo consistente con sus modelos autoritarios”, así como con los regímenes “que llevan a cabo acciones ilegales que amenazan la estabilidad regional y global”.
De igual manera, el secretario de Defensa aseguró que “no querrán luchar contra el Departamento de Defensa. Si nos retan, será su peor y más largo día”.
Para Mattis, esta nueva estrategia, quedará estructurada en tres ejes: la formación de unas tropas “más letales”, el refuerzo de las alianzas tradicionales y la creación de otras nuevas, y la reforma administrativa del Pentágono para optimizar su actuación y sus costes.
“Modernizaremos nuestras habilidades clave, reconociendo que no se puede esperar el éxito en las batallas del mañana luchando con las armas del ayer”, añadió Mattis.