Este viernes, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recibió una notificación, a través de la cual, el gobierno de Israel les hizo saber la salida de su país de esta organización a partir del 31 de diciembre de 2018.
“Lo lamento profundamente, desde la convicción de que es dentro de la UNESCO, y no fuera de ella, desde donde los Estados pueden actuar mejor para contribuir a resolver los diferendos relativos a las esferas de competencia de la Organización”, manifestó Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO.
La propia directora de la UNESCO detalló que “a Israel, miembro de la UNESCO desde 1949, le corresponde ocupar un lugar en el seno del organismo de las Naciones Unidas dedicado a la educación, la cultura y la ciencia”.
En palabras de Azoulay, a Israel le conviene formar parte de este organismo, ya que se trata de “una institución comprometida con la defensa de la libertad de expresión, con la prevención del antisemitismo (…) que ha desarrollado un programa único de enseñanza de la memoria de la Shoá (holocausto judío)”.
Además, la UNESCO es “una institución que figura entre las más activas en el fomento del diálogo intercultural, en la lucha contra el extremismo violento y en pro de la preservación del patrimonio cultural afectado por las destrucciones causadas por organizaciones terroristas”, agregó.
Israel ingresó en la UNESCO el 16 de septiembre de 1949 y ese mismo año creó una Comisión Nacional de cooperación con la UNESCO, destacó la organización.
Varias personalidades israelíes de renombre están asociadas con la UNESCO, con la que Israel ha ratificado 18 Convenciones internacionales. El país del Medio Oriente tiene además nueve sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la organización.