El gobierno de Rusia, ha solicitado la investigación del llamamiento del líder opositor, Alexéi Navalni, a boicotear las elecciones presidenciales de marzo de 2018, mismas en las que el actual presidente ruso, Vladimir Putin, volverá a busca su reelección.
“Sin lugar a dudas, los llamamientos al boicot deben ser objeto de un estudio muy escrupuloso sobre si están en consonancia o en contradicción con la legislación vigente”, afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Y es que Navalni, sugirió realizar una “huelga de votantes”, luego de que la Comisión Electoral Central (CEC) rechazara su candidatura a la presidencia basándose en que tiene antecedentes penales.
Estos antecedentes indican que el ex aspirante, había sido sentenciado en febrero pasado a cinco años de cárcel por apropiación indebida, inhabilitación que estará en vigor por un plazo de diez años.
Por su parte, Alexéi Navalni destacó que la Constitución rusa, que es la ley suprema de este país, asegura que podrán participar en unas elecciones presidenciales aquellas personas “que no se encuentren en prisión” a la hora de registrar sus candidaturas.
“No se puede acudir a votar. Eso sería apoyar el engaño y la corrupción. Llevan 18 años en el poder y quieren otros seis años. ¿Creen ustedes que van a conformarse con eso?”, afirma Navalni, autoproclamado, “el principal rival” de Putin.
Para el Kremlin, el que no vaya a participar Navalni en estas elecciones, no le quita validez o legitimidad a las futuras elecciones presidenciales.
“No hay duda de que la ausencia de uno de los aspirantes a ser candidato debido a que no se lo permite la legislación no puede influir de ninguna manera en la legitimidad de las elecciones”, informa el gobierno de Rusia.
Sin embargo, Federica Mogherini, representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, aseguró que el veto a Navalni muestra “serias dudas” respecto al “pluralismo político” y la celebración de unos comicios “democráticos” en Rusia.
“Los cargos políticamente motivados no deberían utilizarse contra la participación política. Esperamos que las autoridades rusas garanticen la igualdad de condiciones, incluyendo en las elecciones presidenciales”, indicó Mogherini.
Putin advirtió en su última conferencia anual que Navalni quiere repetir en Rusia lo que ocurrió en Ucrania en 2014, es decir, una revolución como el Maidán y un “golpe de Estado” como el que arrebató el poder a Víktor Yanukóvich.