
Desde el Consejo de Seguridad de la ONU, la representación de los Estados Unidos vetó este lunes una resolución en la cual, se les solicitaba retractarse en el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y al traslado de su embajada a la ciudad.
A pesar de que esta solicitud presentaba por la delegación de Egipto, fue apoyada por 14 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad, Estados Unidos aprovechó el derecho de veto que tenía para así impedir su aprobación.
“Ningún país va a decir a Estados Unidos dónde podemos poner nuestra embajada”, afirmó Nikki Haley, embajadora estadounidense ante la ONU.
La propia Haley se encargó de defender la decisión tomada por el presidente norteamericano Donald Trump con respecto a Jerusalén, calificándola de “soberana” por parte de su país y como un “reconocimiento de lo obvio”: que Jerusalén es la capital de Israel.
La embajadora insistió además en que el movimiento no daña de ninguna manera el proceso de paz en Oriente Medio, que lleva años bloqueado, y consideró los mensajes en ese sentido como una “acusación indignante”.
“Lo que hemos visto hoy en el Consejo de Seguridad es un insulto. No será olvidado”, dijo Haley.
La resolución vetada por Estados Unidos reiteraba la doctrina de la ONU sobre Jerusalén y lamentaba las “recientes decisiones” sobre el estatus de la ciudad, en referencia a la medida de Trump.
A su vez, buscaba rescindir toda decisión contraria a lo fijado por Naciones Unidas con respecto a Jerusalén y, específicamente, llamaba a los Estados a evitar establecer misiones diplomáticas en la ciudad.
Estados Unidos se quedó totalmente solo en su oposición al texto, pues los demás miembros del Consejo de Seguridad lo respaldaron, incluidos aliados de Washington como el Reino Unido y Francia.