Este viernes, la fuerza del huracán “Harvey” se ha incrementado y podía convertirse en la tormenta más poderosa que golpee al territorio continental de Estados Unidos en 12 años.
“Harvey” podría impactar a Estados Unidos siendo un huracán de Categoría 3 ya sea este mismo viernes por la noche o durante las primeras del sábado en la costa central de Texas, donde Corpus Christi y Houston albergan algunas de las refinerías más grandes del país. Las operaciones de gas y petróleo ya se han visto interrumpidas y el precio de la gasolina se disparó.
“Ahora es el momento de esconderse urgentemente del viento.
No refugiarse adecuadamente puede resultar en lesiones graves, pérdidas de vida o un sufrimiento humano inmenso”, advirtió el Servicio Meteorológico Nacional.
“Harvey” se fortaleció a un huracán de Categoría 2 con vientos de 177 kilómetros por hora mientras avanza hacia el noroeste a unos 233 kilómetros de Port O’Connor, en Texas, dijo el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
Personal del CNH norteamericano alertó sobre las posibles “catastróficas inundaciones” con riesgo mortal que puede causar “Harvey” una vez que desembarque, debido a las fuertes lluvias y la marejada ciclónica.
Se prevé que “Harvey” se haga aún más fuerte con forme sigan pasando las horas y que llegue la próxima madrugada como huracán de categoría mayor (3, 4 o 5) a la costa de Texas, donde afectará a millones de personas.
Las autoridades han ampliado el aviso de huracán (paso del sistema en 36 horas) y ahora se extiende desde Port Mansfield hasta la ciudad de Sargent (Texas), mientras que la vigilancia de huracán (paso en 48 horas) sigue activa desde el sur de Port Mansfield hasta la desembocadura del Río Grande.
Se mantiene asimismo un aviso de marejada de tormenta desde Port Mansfield a High Island, ambos en Texas.
La amenaza de “Harvey” generó evacuaciones y la cancelación del primer día de escuela en comunidades junto a la costa del sur de Texas, que alberga a 5.8 millones de personas desde Corpus Christi a Galveston. También obligó a la cancelación o retraso de al menos 40 vuelos desde y hacia los importantes más grandes de Texas el viernes, según ‘Flightaware.com’.
El jueves, compañías de energía cerraron refinerías costeras, retiraron a trabajadores de sus plataformas de crudo mar adentro en el Golfo de México y detuvieron la perforación en tierra en el sur de Texas.